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Sostenibilidad con teja

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Obra nueva

La gradual transformación de este camping empieza a partir de una nueva calle que se abre hacia el mar, dando continuidad a una sinuosa travesía descendente. En este lugar, dos nuevos edificios centrales se anclan sobre muros que escalonan terrazas para campistas, algunas preexistentes y otras añadidas. Uno de los edificios (recepción y tienda) se orienta hacia el acceso, el otro (restaurante) se despliega hacia la orilla. Los escalones y muros, que en ocasiones se dilatan para contener pequeños pabellones auxiliares, han sido construidos mediante tapia prefabricada, piedra de “Sènia” local y hormigones erosionados por el agua. Esta suerte de topografías artificiales aparece como una infraestructura que sugiere un lento porvenir—unas obras fragmentadas a lo largo de años para no interferir en la operativa del camping—mientras abraza viejos pinares sombreados, jardines aromáticos habitados por comunidades vegetales autóctonas, una multiplicidad de pérgolas, cañizos y parras transpirables, agrupaciones de cabañas de madera (24 nuevos bungalows), y una amplia diversidad de lugares para el deleite veraniego; ya sea cenando sobre alfombras de piedra, disfrutando de la brisa con los pies enterrados en arena o buceando en una piscina embebida en una cala delante del mar—lugares, todos ellos no-naturales, medio encontrados y (re)construidos por este proyecto.

El tiempo como herramienta para un devenir gradual
En algún momento tardío de otoño, cada año, se abre una ventana de entre 4 y 6 meses pare realizar pequeñas obras de mejora, ante la deseada fecha primaveral de apertura de temporada. En este marco temporal se ha desarrollado a lo largo de los últimos años —y seguirá siéndolo en los próximos— una lenta, troceada y gradual transformación del camping Alfacs. No existe “un” proyecto que algún día deba estar acabado, sino que un repertorio de estrategias y actuaciones infraestructurales han dado lugar a un proceso que se sabe y se quiere inacabado, en constante transformación. Este repertorio empieza por la construcción de viejas y nuevas terrazas escalonadas: muros y plataformas que servirán como soportes cuasi-permanentes de arquitecturas ligeras venideras (ya sea en forma de tiendas textiles, pérgolas o bungalows) que se apropiarán de cada lugar de forma transitoria. Frente a concepciones objetuales unitarias, se propone un proyecto de proyectos o, dicho de otro modo, un archipiélago de actuaciones diversas, en cierto modo autónomas, facilitando así una gradual implementación año tras año, y haciendo posible “cambios sobre la marcha”.

Celebración, disfrute y cuidados al aire libre
Se construyen hábitats deliberadamente ambiguos, entre exterior e interior, muy diversos, tan amplios, comunitarios y soleados como íntimos y umbríos, ofreciendo rincones, topografías, porches, piscinas y jardines, en una concatenación espacial que dota de vitalidad este paisaje vacacional. Los edificios centrales levantan grandes naves de convivencia y encuentro bajo visibles cubiertas inclinadas de teja. Los pabellones auxiliares se plantean como discretas crujías infraestructurales que acogen y dignifican distintas actividades del día a día y el cuidado de los habitantes del camping: lavado de ropa y vajilla, limpieza de pescado, higiene personal y de animales domésticos, lavado vehículos, etc. Estos espacios se abren a una suerte de jardines comunitarios, porches recogidos y umbráculos donde se emparra la vegetación, convirtiendo los cuidados servidores en actividades lúdicas y placenteras. Ante las ondulaciones de una orilla rocosa, se reconoce la topografía existente de lo que (al parecer) habría sido una pequeña cala, urbanizada y ocupada por parcelas de camping hace más de cincuenta años. El rellenado de esta cala por arena de sílex y una piscina embebida contra un muro de contención circular, responde al deseo colectivo de disfrutar de una pequeña playa a resguardo de la mar.

Soporte mineral: trozos de Senia, muros de tapia y hormigón erosionado
La materialización de los soportes cuasi-permanentes se plantea mediante construcción mineral. Una topografía de alfombras y recorridos rodean jardines y terrazas al aire libre. Se construyen con piedra de una cantera a escasos 10 km—Sènia—incorporada en todos sus posibles formatos desde su extracción, evitando la generación de material de escombro: piedra cortada estándar para identificar pequeñas alfombras como puntos de encuentro, piedra rota de desperdicio embebida en un pavimento entre aleatorio y reglado, piedra en su formato de gravas y arenas tanto para suelos drenantes, como para el árido visto de pavimentos, pilares, dinteles y muros de hormigón “lavado” y tintado en masa—un hormigón erosionado por el agua, análogo al encontrado del viejo muro del linde de costa. Los demás muros de carga se erigen mediante bloques prefabricados de tierra compactada, en un formato horizontal y aparejo que—en el detalle—explica su lógica tectónica, a la vez que enfatiza la trabazón del conjunto monolítico en la distancia.

Termodinámica vernácula: inercia y transpiración
Sin complicaciones, la construcción mineral de las edificaciones centrales, de gran inercia térmica, con paredes transpirables—no sólo por sus celosías, sino también por su consistencia material—garantiza el confort térmico en los calurosos mediodías veraniegos. Una calidad atmosférica que se ve reforzada por la apertura de los espacios hacia filtros constructivos y vegetales, porches emparrados y cañizos, bajo la sombra de pinos y algarrobos, aprovechando la evapotranspiración y humedad ambiental. Los bungalows se construyen como cabañas de madera, con una envolvente ventilada de tablones aserrados sujetados a un exoesqueleto que, además de porche, sirve como soporte de placas fotovoltaicas.

Sostenibilidad
Economía circular
La economía «lineal» tradicional «extraer, fabricar, disponer», basada en grandes cantidades de material barato, pero de alto consumo de energía, no sólo representa un modelo insostenible, sino que conlleva un agotamiento de las materias primas y la generación de residuos, muchas veces no re-incorporables. En contraposición, el modelo de economía “circular” se basa en el principio de reducir la entrada de materias primas y la producción de residuos, cerrando los bucles o flujos económicos y ecológicos de los recursos.

En esta línea, el proyecto quiso manifestar este cambio de paradigma necesario también en la industria de la construcción: utiliza materiales «hechos para ser hechos de nuevo», con menor consumo de energía, incorpora abundantes soluciones de control pasivo para la reducción del consumo energético durante la vida útil del edificio y también utiliza diversos sistemas de energía renovable.

Termodinámica sencilla
Sin complicaciones, estas construcciones minerales con bloques de tierra compactada, de gran inercia térmica, con paredes transpirables garantiza el confort térmico en los calurosos mediodías veraniegos. Una calidad atmosférica que se ve reforzada por la apertura de los espacios hacia filtros constructivos y vegetales, aprovechando la evapotranspiración y humedad ambiental.

Reprogramar lo construido
Des de un punto de vista ambiental, los objetivos del proyecto fueron en todo momento la reducción del consumo de energía, minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la calidad del aire interior y promover la utilización de materiales sostenibles en la construcción. Por ese motivo, la proximidad de subministro de los materiales fue fundamental en el proceso de detallado constructivo, motivo por el que se propuso la utilización de fragmentos de piedra de desecho de una cantera cercana a escasos kilómetros y también bloques de tierra compactada con arcillas leridanas.

Por otro lado, el derribo de las soleras perimetrales al edificio también permitió la recuperación de distintos áridos que, junto a pigmentos de óxido de hierro, y gravas de la misma cantera sirvieron de base para los nuevos hormigones de tonalidad rojiza. Las divisiones interiores y carpinterías están compuestas por madera y panelados de madera, con certificado de control de producción en fábrica CE, y el certificado de calidad CTB SAWN TIMBER.

Reducir y reaprovechar
Todas las soluciones para los sistemas de condicionamiento activos fueron sensorizadas y temporizadas favoreciendo un uso controlado de los recursos durante el uso ordinario del edificio, evitando sobre-consumos, o fugas no controladas de los sistemas de instalaciones.

Des de un punto de vista del ciclo del agua, y dada la precipitación irregular y estacional de la zona del Montsià, se propuso la implantación de un gran aljibe enterrado responsable de la acumulación del agua de lluvia para el futuro riego de los jardines.

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