Categoría presentada

Seleccionado categoría
Obra nueva

Un prado impregnado de naturaleza a las afueras de un pueblo de la Sierra de Gredos, el deseo de desconectar y la lectura compulsiva de Walden. Estas son las premisas desde las que parte este proyecto, un pequeño refugio pensado para pasar el tiempo libre los veranos y fines de semana.

Las construcciones agrícolas tradicionales de la zona se caracterizan por ser almacenes de pequeñas dimensiones y baja altura en el que guardar los aperos y el ganado usando el menor número de recursos posibles. El proyecto parte de esta construcción agrícola ensoñadamente existente la cual se amplía para poder acoger el programa requerido.

Esta ampliación no se produce en planta, si no en sección, se añade un cascarón que crea un espacio diáfano y de mayor altura, capaz de dar cabida al programa que la cabaña requiere, una sala de estar, una pequeña zona para cocinar y un apartado en el que dormir. Este cascarón se manifiesta por medio de una piel de teja cerámica al exterior, base de la construcción tradicional serrana castellana, que otorga a cubierta y muros de la protección necesaria contra la lluvia y los vientos del oeste. Mientras, el interior, se realiza en madera de pino, clave en el concepto tipológico de la cabaña. Los espacios servidores, cocina, baño y zona de dormir en parte superior, se configuran en el centro de la nave, como un mueble, sin «tocar» las fachadas, reforzando así el concepto de espacio diáfano. La situación de la zona de dormir en la parte superior tiene también connotaciones energéticas. La única fuente de calor proviene de la chimenea de leña situada en el centro de la nave. El calor proveniente de la combustión calienta primero las capas superiores permitiendo el máximo confort en las noches de invierno.

La construcción es también un muro de contención. La cabaña se incrusta en la pendiente posibilitando así la creación de una «plaza» en la que pasar las tardes de verano o desayunar una mañana de invierno. Esta acción tiene como resultado la mejora climática del interior, al tener 3 de sus caras parcialmente cubiertas por tierra. Por otro lado, al estar semienterrada, la cabaña disimula su escala, haciendo que la mayor parte visible sea teja, enclavándola en el terreno y en la tipología tradicional.

Por otro lado, la cabaña se encuentra en lo alto del prado, obteniendo las mejores vistas posibles sobre la Sierra de Villafranca y orientada hacia el arroyo que configura el límite de la parcela y la entrada principal, con la plaza como espacio intermedio que facilita la conversación con visitantes y vecinos. Esta orientación este – oeste permite el soleamiento prácticamente todo el día y las ventanas en las 4 orientaciones facilitan la circulación cruzada del aire de la sierra en los días calurosos.

Scroll al inicio